Hablamos con el artista belga Marco Bailey

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El artista lleva mas de tres décadas al pie del cañón por todas las cabinas de planeta

¿Qué influencia tuvieron en ti tanto el territorio que habitabas como los tiempos en los que comenzaste? ¿Qué se respiraba y se vivía entonces?

Empecé a pinchar en 1989 en una época totalmente diferente a la actual… Fueron tiempos muy bonitos. La gente iba a los clubes y a los festivales a disfrutar de la música de principio a fin, sin estar colgada del Smartphone ni luchando por hacer la mejor fotografía o el mejor selfie. El ambiente era tan intenso que algunos clubes abrían de jueves a lunes, casi siempre sin parar –si en aquella época llevabas algún club, podías estar contento, porque se llenaban todos los viernes y todos los sábados–. Y los DJs sólo eran populares por su técnica y la música que ponían, sin likes en Instagram o cualquier otra red social de mierda. También era maravilloso cuando la gente se acercaba a la cabina para preguntarte por el último tema que habías pinchado.

¿Fue sencillo o difícil?

Entretener a la gente era fácil, lo que sí que fue difícil era hacer música –porque todavía no había mucho software y necesitabas tener tu propio estudio con buenas herramientas de hardware para hacer tu música. Igualmente, las tarifas de los DJs de entonces eran bastante más bajas que en la actualidad, lo cual hacía que sólo unos pocos pudieran vivir de pinchar.

¿Te acuerdas de tu primera vez en España? ¿Dónde y cómo fue?

Sí, por supuesto, muy pero que muy bien. De la primera y de la segunda. La primera vez que estuve en España fue en La Fábrika de Gijón, donde la energía era impresionante. Después de aquella fecha, tuve varias noches históricas más en Asturias, concretamente en La Real de Oviedo –junto a mi querido amigo Cristian Varela–, y también en Florida 135. Todavía me acuerdo, también, del viaje que hice con Ricard y Enrique –la gente de Sónar– yendo hacia Florida, un viaje de tres horas hablando únicamente de música y herramientas musicales. Qué buenos tiempos…

Cristian Varela recuerda siempre con mucho cariño el inicio de vuestra amistad. ¿Y tú? ¿Cómo fue para ti? ¿Qué significa para ti Pornographic Records?

Cristian Varela es uno de mis mejores amigos desde hace más de 25 años. Es increíble todo lo que hicimos: nuestros inolvidables sets b2b, la música que produjimos, los eventos que organizamos, las subidas, las bajadas, las lágrimas, las risas, sin olvidar lo bien y lo mal que lo pasamos… Y todavía seguimos con esta grandísima amistad, porque se puede decir que es una gran amistad, ¿no crees?

En lo que a la técnica respecta, Cristian ha sido y seguirá siendo para mí uno de los mejores DJs del mundo en el género. He visto a muchísimos DJs poniendo música y muy pocos son tan correctos como él en lo que a la técnica se refiere. Tanto él como Óscar Mulero siempre han estado un nivel por encima de mí. 

En cuanto a Pornographic, pues lo montamos principalmente para darle una oportunidad a los nuevos talentos. Nuestro fin no era crear hits o hacer dinero. Sé que el nombre del sello fue divertido en su día, pero, insisto, la idea era brindar una oportunidad a la gente que hacía cosas interesantes por entonces, darle una plataforma para publicar su música. 

De un tiempo a esta parte, ¿qué recuperarías de entonces? ¿Qué cambiarías de ahora?

Cambiaría varias cosas. Por ejemplo lo de las redes sociales, las cuales han traído muchas cosas positivas, pero también han tenido efectos bastante negativos, como, por ejemplo, hacer que DJs sin talento se han hecho populares y ganen grandes sumas de dinero solamente porque venden muchas entradas y nada más…

Gran parte de la escena se ha convertido en algo en lo que lo único que importa son los “vendedores de entradas”, no quienes desprenden talento y cuentan con una gran técnica y numerosos recursos, algo que, sinceramente, es muy triste. 

Es la gente, y la multitud, quien tiene la capacidad de revertir estas cosas, no los promotores. Porque, real y tristemente, los promotores son personas que tienen que estar pendientes de lo que ocurre a su alrededor. Desafortunadamente, son cada vez más las personas que han perdido su identidad, gente que la ha cagado llamando techno a cualquier cosa –cuando no todo es techno del bueno–, convirtiéndose en un rebaño que sólo sigue modas. 

Por suerte, todavía hay gente y artistas que no se venden y que siguen cuidando la música. Y espero que esta lógica crezca y que retomemos la senda que abrimos en su día.

DJ, productor, promotor, profesor, más de medio planeta a las espaldas… ¿qué le queda por hacer a Marco Bailey?

Bueno, siento que no quiero parar aún, ni siquiera tras esta horrible pandemia que nos ha golpeado tan duramente. La energía sigue fluyendo por mis venas, mis ganas de darle a la gente en la pista de baile la salsa de la vida están intactas y creo que es mi misión compartir esa energía con la gente aquí y allá.

¿Cuáles son tus planes a corto-medio-largo plazo?

Tengo la esperanza de que el gobierno me dé pronto luz verde para abrir el open air club de la ciudad en la que vivo. 

Por otro lado, y como la mayoría de las personas de nuestro gremio, estoy trabajando duro en la creación y la producción de música nueva. Se vienen varios releases con mis sellos Materia y MB Electronics, ambos con un sonido diferente –porque siempre he sido y seré un fanático de la MÚSICA, no de un único género, y no me gusta repetir la misma fórmula durante años y años ya que soy de esas personas a las que les gusta la diversidad y los sellos con un espíritu libre y abierto, como es el caso de COD3 QR O NECHTO Records, por ejemplo–. 

¿Qué tal Materia? ¿Cómo va? ¿Podrías hablarnos sobre el sello?

Materia está funcionando muy bien actualmente. Como decía más arriba, sin tratar de buscar ni firmar con creadores de hits, sino buscando gente con la que crear una familia con personas que hacen música y que tienen la misma energía y buscan las mismas sensaciones que yo. En este sentido, estoy dando con gente de mucho talento en la siempre maravillosa Argentina, algo que me sigue ocurriendo también con Europa.  

Pandemia aparte –pero sin obviarla–, ¿cómo ves la escena del contexto actual –musical, artística y estructuralmente hablando–?

Antes de nada, creo que la música electrónica todavía no ha sido normalizada –ojalá lo sea pronto–. 

Es triste ver cómo la gente malgasta su tiempo, ahora que tiene más, con las redes sociales… Es triste ver cómo algunos artistas y algunas marcas sólo hacen publicaciones simplemente para llamar la atención… Es triste ver como no hacen más que salir TOP 100 basados en nada –como hace, por ejemplo, DJMAG–… ¿En serio? ¿Se basan estas cosas en el talento de los artistas? Si quieren esto, que vuelvan los campeonatos de DJ, como había antes, con un jurado profesional. 

¿Qué le dirías a quienes están empezando ahora?

Cometí el error de no ir nunca a una escuela de música. Así que, por ejemplo, que aprendan a tocar el piano o cualquier instrumento como se debe, un consejo que le daría cualquier joven artista. Por otro lado, también le diría que pinche con el corazón, no para ser popular, porque se baja igual que se sube –he visto casos así en Ibiza con algunas personas y en otras partes del planeta también–, que el dinero no guíe tus actos…

¿Alguna cuestión que no te hayamos preguntado y sobre la que te gustaría hablar?

Pues mira, sí, que mi amada gente de España puede echarle un ojo a mi último set en HÖR y ver también mi set en el legendario Westfalenhalle, para Mayday.

Además, pronto saldrá una nueva referencia en UNCAGE Records (para el 4 de junio) y otra en Materia Music, sin olvidarme tampoco de mi nuevo álbum (que verá la luz en octubre).

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