Izan Cramer lanza una llamada a la calma, sin renunciar al pulso. Nocturnidad y Alevosía, cuarto corte de su álbum “00:00”, destila tensión sostenida, minimalismo quirúrgico y un groove seco que camina con la cabeza gacha y los ojos abiertos. Fuera el 7 de noviembre, este tema inaugura el largo viaje sonoro con una declaración estética clara: precisión, sobriedad y magnetismo en la mezcla.
La producción no grita, pero domina: sintes fríos, texturas glitch, bajos contenidos y silencios que hablan más que muchos bombos. El track avanza como una idea fija: hipnosis sin desborde, elegancia sin ornamento, funcionalidad sin concesión. Diseñado para cabinas que valoran la tensión más que el impacto, es una herramienta emocional para la pista.
“00:00” llega autoeditado como gesto político y personal: máxima libertad, cuidado artesanal y posicionamiento claro. La fecha marca una línea: antes y después. Sin relleno, sin excusas, sin filtros.


