Inmersión en el hedonismo más absoluto de la mano de elrow town Madrid

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Después de unos cuantos días, aún nos dura la resaca emocional provocada por este gran fiestón que nos marcamos el pasado Viernes Santo

Quienes no estuvieron ahí, han oído hablar de ello y es que algunos lo han calificado como el Coachella español de la música electrónica. Y no les falta razón. Fue toda una aventura, visual, sonora y arquitectónica que nos dejó a todos sin palabras. Los que tuvimos la suerte de vivirlo, sabréis de lo que hablo. La verdad que, personalmente, tenía muchas expectativas puestas en elrow town Madrid y he de decir que todas ellas se cumplieron.

Los amantes de la electrónica teníamos muchas ganas de poder vivir un evento de estas características en España; miles y miles de personas a tu alrededor, de diferentes partes del mundo, saltando y bailando, compartiendo los mismos gustos musicales, ¡una pasión! En este caso, el continente sería la música electrónica y el contenido, sin duda, la marca elrow, creadora de diversas e innumerables fiestas temáticas en las que reina la diversión, la locura y por supuesto, ¡el musicón!

La fiesta comenzaba a las 12 de la mañana, una hora perfecta para ponerte a tono e ir entrando en ambiente. Al llegar a las inmediaciones, no hacía falta preguntar dónde era la fiesta, bastaba con mirar a tu alrededor y ver a todo el mundo disfrazado o con los atuendos “típicos” para una fiesta techno (obviamente las gafas de sol no podían faltar). La inmensa mayoría se dirigía con paso firme hacia el recinto Mad Cool. Algunos lo hacían saltando y otros, tarareaban y bailaban al son de los beats electrónicos más contundentes, que se podían oír desde lejos y animaban a cualquiera que pasara por ahí.

Cuando entramos, solo podíamos flipar y empezar a sonreír, pensando en todo lo que nos quedaba por vivir aquel día. Estábamos completamente embelesados, parecía un sueño repleto de minuciosos detalles. Hasta que comenzaron los cabeza de cartel, disfrutamos muchísimo de todo lo que elrow tenía preparado para nosotros. Nos lo pasamos en grande en “The Pink Cathedral“, la carpa LGTBIQA+ del festival, donde se respiraba un ambiente cargado de amor y comunidad. Antes de que la tormenta musical comenzase, pudimos comer gracias a los food trucks y refugiarnos un rato del sol tanto en el chill out area como en la zona vip llamada “Welcome to Fabulous Uptown” una experiencia totalmente recomendable si quieres disfrutar de elrow a lo grande. Cerca del mítico arco patrocinado por la marca Desperados, donde la mayoría hicimos nuestra gran entrada triunfal, podíamos encontrar un Twister gigante o dianas enormes para los roweros más atrevidos.

Como no queríamos perdernos a ningún DJ, hicimos lo que haría un buen festivalero; miramos detenidamente los horarios y marcamos a quienes queríamos ver sí o sí. ¡Era imposible verles a todos!

Me sorprendió muchísimo que artistas como Andrea Oliva o Lilly Palmer pinchasen a primera hora, aunque en mi opinión, el horario estaba bien repartido. Además, había mucha cercanía entre los escenarios lo que te permitía variar de DJs en cualquier momento. Las gradas del vip eran una pasada. Desde arriba podíamos contemplar todo el decorado y el ambiente, al mismo tiempo que disfrutábamos de míticos himnos houseros a cargo del artista suizo. Pudimos escaparnos y disfrutar de Lilly Palmer durante 45 minutos, dando un giro de 180 grados, ya que la artista nos ofreció un set totalmente diferente, mucho más duro y oscuro que el anterior. En ese momento supimos que el escenario Nowmads iba a ser puro techno.

Cuando estábamos en esta carpa, parecía que nos habíamos adentrado en un nuevo mundo. El tiempo y el espacio eran irrelevantes, lo único que importaba era disfrutar de la fiesta hasta el final. Este mundo estaba plagado de seres de todas las épocas: cromañones, egipcios, extraterrestres y como maestro de ceremonias, el gran Adam Beyer. A diferencia de lo que nos tiene acostumbrados, Beyer se “frenó” y nos brindó una sesión bastante light para sus costumbres, quizás con la intención de ajustarse un poco más al estilo electrónico de elrow. Eso sí, no nos defraudó en ningún momento y demostró a todo el público la variedad de registros musicales que puede llegar a tener.

Ojalá existiera la bilocación, para así poder estar viendo a la vez tanto a Anfisa Letyago en Nowmads como a Marco Faraone en Kaos Garden. Aunque me declaro fan incondicional de Anfisa, nos moríamos por introducirnos de lleno en el universo que había creado el artista multicolor Okuda en el escenario Kaos Garden. A modo anecdótico, aún recuerdo cuando Anfisa Letyago no era tan conocida y pinchaba en garitos de Turín, donde luego podías hablar con ella y compartir opiniones musicales.

A pesar de que nos costó decidirnos, nos decantamos por el jardín de las delicias con Marco Faraone sonando de fondo. Si hablamos de la sesión de Faraone, sólo puedo decir que fue la representación fidedigna de lo que debe sonar en una fiesta de elrow. ¡Cómo gritaba y cantaba la gente! Si cerrabas los ojos, mientras caía el confeti y sonaba el musicón, parecía que estabas flotando hacia el paraíso de las delicias del techno. Nuestras ganas de divertirnos y relacionarnos con los demás aumentaban al igual que los bpms de las canciones.

Aunque estábamos súper a gusto con los temazos que nos estaba poniendo el DJ italiano, por nada del mundo queríamos perdernos al mismísimo Paul Kalkbrenner, toda una eminencia en el mundo del minimal techno. Como si nos fuera la vida en ello, fuimos corriendo y bailando hacia el vip y desde ahí pudimos sentir toda la esencia de elrow.

Para mí, fue el mejor momento de la fiesta. El sol se escondía tímido entre las nubes, dejando paso a Paul Kalbrenner. Con un cielo de tonos amarillentos, pudimos disfrutar de tracks súper míticos del productor como Sky and Sand donde a alguno de nosotros se nos escapó una lagrimilla; pero es que ¡cómo para no! Imagínate estar viendo a uno de los mejores DJs del mundo, en un entorno mágico, rodeado de gente que comparte la misma pasión que tú por la electrónica. ¡Menudo momento de exaltación! Lo recuerdo con una viveza e intensidad increíbles, algo que nunca podré olvidar.

Sería difícil de superar, pero llegamos a Nowmads donde el tiempo no existía y al igual que Kalbrenner nos emocionó, también lo hizo Jamie Jones. Nos entregamos en cuerpo y alma al DJ, ¡lo dimos todo! Solo bailábamos y sonreíamos, no hacía falta decir ni hacer nada más. Al igual que Marco Faraone, Jamie Jones es sinónimo de elrow y obviamente no podía faltar a esta gran cita. Después de haberle visto este verano en Ibiza, pensé que iba a ser una sesión más enfocada al deep house, pero fue súper groovy y bailonga, al más puro estilo tech house.

La noche había comenzado, pero ese no era motivo para venirse a bajo. Todo cobró más fuerza. Aquello era un festival de luces y colores. El gran pulpo que custodiaba el barco donde se situaba el escenario principal, el Triángulo de las Rowmodas, se iluminó y nos guiaba hasta un Fisher de lo más marchoso, como era de esperar. Yo creo que hablo en nombre de todos los asistentes si digo que nos impresionó bastante cuando empezó a mezclar tracks de reggaetón con electrónica.

Muchos gozaron con esa “sorpresa” musical, pero nosotros necesitábamos más potencia, más contundencia, zapatillear un poco vaya. Así que guiados únicamente por la música, observamos que donde más caña había, era claramente donde estaba pinchando Andrés Campo. ¡Un cierre apoteósico! Agotamos todas nuestras fuerzas, la ocasión lo merecía, se trataba del cierre. A través de los ritmos electrónicos más energéticos y bailongos, las vocales de algunos temas hacían que el público tararease las canciones más míticas del artista, consiguiendo una cercanía y unión inigualables. El remix de I Hate Models Toro, original de El Columpio Asesino, fue la guinda del pastel para poner fin a un día que será difícil olvidar.

A pesar de que la música cesara, podíamos ver una sonrisa en los rostros de la mayoría de los asistentes. Nos tumbamos en el césped para descansar y asimilar todo lo que había acontecido aquel día, la verdad que era difícil retener todo lo que habíamos vivido. Para todos los que vivimos esta gran fiesta, será una de esas noches que recordaremos para siempre. Mil y una historias forman parte de las vivencias de cada uno, en este primer elrow town en Madrid. ¡Esperemos que haya muchísimos más de ahora en adelante!

Solo podemos dar gracias a los organizadores de elrow, por sorprendernos una vez más y traer a cada fiesta a estos pedazo de artistas. Esperamos poder disfrutar pronto de elrow town, ¿quién sabe? quizás en Londres u Holanda este verano.

Quiero finalizar diciendo que nuestro día no acabó ahí. Como no nos había parecido suficiente, decidimos seguir la fiesta en el after oficial de elrow en Fabrik, pero esa historia, la contaré otro día.

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