El vinilo se mantiene como el formato favorito para los amantes de la música, con niveles históricos de venta que no se alcanzaban desde los años 90
El vinilo sigue siendo el formato físico más buscado por los melómanos. Según datos publicados en el Reino Unido, las ventas en 2023 alcanzaron su nivel más alto desde 1990. Igualmente, el streaming sigue teniendo un amplio protagonismo.
Estas ventas aumentaron un 11,7% hasta los 5,9 millones de unidades, aumentando por decimosexto año consecutivo, según publicó la Industria Fonográfica Británica (BPI). Además, el cassette también tuvo su protagonismo en estos 12 últimos meses, superando las 100.000 unidades vendidas por cuarto año consecutivo.
El renacimiento del vinilo: ¿por qué sobrevive el disco?
Tanto los discos retro como las novedades siguen vendiéndose en gran medida, lo que se refleja en el aumento de las cifras de ventas de vinilos. Las ventas en Alemania, por ejemplo, aumentaron un 5,1 por ciento respecto al año anterior, mientras que en Francia se vendieron tres veces más vinilos que en 2016. Ahora bien, ¿en qué consiste el encanto de este formato analógico?
Las razones del renacimiento de los discos de vinilo son múltiples. “Para mucha gente, el disco tiene un sonido especial, y al mismo tiempo es algo que se toca, que se pone conscientemente y se escucha”, explica la Asociación Alemana de Discográficas. Sus expertos añaden que, sin embargo, el sonido no es técnicamente superior al del CD, sino que “la percepción de la calidad de los distintos soportes suele ser bastante subjetiva”. Además, el disco también satisface la necesidad de una experiencia háptica, que representa una forma adicional de cercanía con el artista, de autenticidad y desaceleración. Por último, opinan que también cuenta el “factor moda y estilo de vida”, algo que también es decisivo.
Vinilos para nostálgicos y para jóvenes
Steffen Lepa, de la sociedad alemana dedicada a la investigación de la cultura musical, afirma que la afición a los discos también está relacionada con el hecho de que las personas son criaturas de hábitos cuando se trata de escuchar música. No sólo el gusto musical se forma a una edad temprana -explica-, sino que los hábitos de escucha se desarrollan sobre todo en la adolescencia. “El gusto musical nos acompaña durante mucho tiempo. Después de los 30, éste raramente cambia. Con las tecnologías pasa exactamente lo mismo, porque asociamos a ellas muchas experiencias importantes”, explica Lepa.
A diferencia del CD -prosigue-, el disco también está anclado en la cultura musical, pero sobre todo en la de los DJs. “Especialmente la música electrónica y el hip-hop o el reggae: esta música se basa en la mezcla de discos. Es la práctica artística de reutilizar la música existente”, subraya Lepa.
Así pues, mientras que los discos pueden evocar un sentimiento nostálgico, especialmente entre las generaciones mayores, los aficionados más jóvenes experimentan una especie de ‘paranostalgia‘. “Los millennials en particular sienten esta añoranza por una época en la que el disco seguía siendo una experiencia especial. Actualmente, tenemos posibilidades ilimitadas, todo está disponible en abundancia, y la abundancia siempre va acompañada de una desvalorización”.