El sábado 13 de septiembre será difícil de olvidar: Málaga se convirtió por unas horas en la capital de la electrónica gracias a un evento con mayúsculas organizado por Sophie en Ogus Park.
La cita arrancaba a las 16:00 con una energía ya latente en el ambiente, y acabó desbordándola pasada la madrugada, cuando los sets principales subieron la intensidad al máximo.
Desde el primer momento se notaba que no era un closing cualquiera. La previsión musical iba en ascenso continuo, con artistas que prepararon el terreno con sumo gusto: estilos variados, DJs que fueron calentando hasta dejar el escenario listo para lo gordo. Luego llegaron los platos fuertes, claro.
BICEP con ‘CHROMA AV/DJ’ fue una de las joyas de la noche. No solo por la música —pura potencia, matices envolventes, momentos de clímax—, sino por la unión audiovisual que ofrecieron: imagen y sonido sincronizados con tal precisión que casi eras parte de la obra. Un viaje sensorial que captó miradas, pieles de gallina y elevó el nivel.
Y Overmono — ese dúo británico que mezcla techno, breakbeat y texturas oscuras con destellos luminosos — añadió ese contraste perfecto. Su set fue una montaña rusa: momentos contundentes, otros más introspectivos, todos ellos con un sonido capaz de sacudir. En ese escenario, después de horas, su actuación se sentía como “la guinda del pastel”.
El entorno también ayudó muchísimo. Ogus Park, naturaleza + estructura + tecnología urbana. No era solo un recinto grande: era espacio para respirar, danzar, ver, sentir. Esa combinación de ambiente al aire libre, luces, sonido potente y buen público hizo que la experiencia no fuesen solo canciones, sino sensaciones.
durante toda la jornada hubo química: la organización nunca dejó de sorprender, ya fuera por la progresión musical, los cambios de mood, la transición entre DJs, la puesta en escena y, sobre todo, la entrega de ese publico tan fantástico que tiene. Gente que vino para pasarlo bien, que vibró de verdad, que disfrutó cada subida y cada bajada. Esa conexión entre artista y público fue clave para que el evento no solo se sintiera bien, sino memorable.
Cuando las luces bajaron y los últimos beats se apagaron, quedó la certeza de que Sophie había cerrado esta temporada no solo cumpliendo expectativas, sino superándolas. Málaga demuestra una vez más que tiene un sitio ganado en la escena electrónica europea, y que cuando se apuesta con visión, pasión y respeto por el público, el resultado puede rozar lo sublime.