El evento pictórico e instalativo plantea no pocas preguntas a los visitantes y lo hace con tal transporte poético que el autor opta por no dejarse tratar por ningún crítico de arte, prefiriendo un arrebato total de corazón, “haciéndolo solo”. De hecho, es Stefano Tonelli quien escribe junto a sus obras.
En lugar de la fría etiqueta con título, autor y técnica, nos regala con sus palabras esa dimensión emocional e íntima que experimentó en el momento solitario de la creación. A veces lo hace acompañado de los poetas que le son queridos, desde Caproni a Pavese, desde Hendke a Sepúlveda, a quien dedicó una obra que estaba creando en los mismos días de la muerte por covid del gran escritor.
Hay una conmovedora dedicatoria para su maestro y amigo Mino Trafeli, “un gran volterrano internacional que, “estando tan adelantado, será descubierto y estudiado en los próximos años”, dice Tonelli. También despertó mucha emoción, especialmente para los visitantes del norte de Italia, la vela siempre encendida en memoria de los miles de familias que sufrieron el duelo durante la pandemia.
Llenas de interrogantes están la gran instalación El naufragio de la tierra y la pequeña, sin título, que alude a una tierra prometida o a un nuevo mundo. “¿Percibimos la condición de náufragos justo antes de que el barco se hunda, si no podemos hacer nada con respecto al virus o a Kabul, podemos en cambio convertirnos en sembradores del bien ayudando al prójimo? Escuchamos a la ciencia, pero nos alejamos demasiado de la trascendencia”, nos dice Tonelli con gracia apasionada. In Aenigmate sigue planteando preguntas, pero lo hace estando constantemente a la altura de la dimensión espiritual, con una mirada a la realidad global, y otra a la conciencia íntima de cada uno de nosotros.
Las obras pictóricas, ejecutadas como un diario intemporal pero pandémico, son como nuevos grafitis de Lascaux, de Chauvet, de Altamira. Nos llevan de la mano para sentir el ambiente del primer encierro y nos interrogan sobre las dudas de hoy. Es cierto que hoy “vemos mal”, como en un espejo, en el enigma y además tenemos un virus que sigue mutando y alimentando nuestros miedos personales y colectivos. “Estamos en la certeza del cambio”, concluye Tonelli, “para curar la tierra debemos primero curarnos a nosotros mismos redescubriendo la conciencia perdida en los laberintos del consumismo ruin en las trampas tecnológicas del tercer milenio”. La ambientación sonora que acompaña a la exposición es obra de Danny Lloyd, quien, sobre la pieza Erbame dich, mein Gott, de la Pasión según San Mateo de J.S. Bach, interviene con sonoridades y ruidos propios de la primera fase pandémica de 2020. IN AENIGMATE de Stefano Tonelli estará abierta hasta el 30 de enero 2022 todos los días de 9 a 19 horas en el Palazzo dei Priori de Volterra.