Se trata de un emotivo corte de electrónica minimalista, profunda y soulera inspirado en la muerte del periodista David Beriain y su equipo, asesinados en Burkina Faso 2021, por Al Qaeda, mientras grababan un reportaje sobre caza furtiva.
Head of Clouds es un proyecto artístico, absolutamente independiente, que publica sus temas a través de Head of Clouds Records y que tras presentarse hace un mes con ‘Ocean Deep’ nos descubre un nuevo pasaje de electrónica hecha a mano y máquinas, y con alma, que parte del piano como instrumento referencial.
‘Falling Down’
Como explica Head of Clouds: “Cuando empecé el proceso de producción y a crear los cimientos no se sabía lo que pasó. Simplemente se conocía que David y su equipo habían sido asesinados en Burkina Faso. En ese momento me transporté al medio de una carretera solitaria en el lugar de los hechos y sentí toda la energía del lugar, sucia, doliente y sufrida. De esa sensación nace el planteamiento de que la vida no es nada, hoy estamos aquí y mañana no. Todo puede cambiar en pocos segundos. También aparece la cuestión de qué debe sentir alguien que sabe que está a punto de morir y no puede evitarlo. De todo ese desarrollo y con esa intención empezó el proceso de producción de ‘Falling Down’”.
Partiendo de un arpegio de piano
A nivel de compositivo al principio tiene un arpegio de piano que intenta representar un espacio solitario -en el que Head of Clouds se imagina después de que todo haya ocurrido-, con un sentimiento de pena, pero con intención de honrar a las víctimas. Los adlibs “uhh uhh” representan ese lugar abierto, como ese viento que sopla en los lugares desiertos y con un toque de consuelo. “Cuando entra el verso damos pie a la recreación de los hechos. Empiezo a imaginarme lo que sentiría David en dicha situación, pero expresado en primera persona”, apunta su autor.
Producción minimalista, sin sobrecarga sonora, para dar intimidad y espacio a lo vocal
Y, finalmente, comparte con nosotros como “Opté por una producción minimalista, sin sobrecarga de sonidos para tratar de dar intimidad y el máximo espacio posible a la vocal para que narre la historia. Los adlibs que acompañan con esos delays y reverbs profundos representan al pensamiento que dice: ‘Vas a morir, pero no lo puedes evitar, acéptalo. Finalmente, la última estrofa de la canción cambia el punto de vista desde la muerte. Representa lo que piensas una vez muerto. Es por eso que la guitarra suena sucia, pasada por un par de pedales tras un par de horas de configuración, representa la rabia y rencor. Y, por otro lado, a la vocal que intenta calmar diciendo: ‘Ellos sabían mi destino, no había ningún error’”.
La guitarra es de Pablo Ribas y la mezcla y mastering de David The Mars Citizen.
Estamos ante un emocionante, doloroso y abisal corte de pop-soul electrónico en el que, sobre un piano y una simplísima pero exquisita percusión, la voz tiene todo el protagonismo al verse, cara a cara, frente a una muerte tan inesperada e injusta, como ya inevitable. Una especie de rezo delicado en plena caída libre, tocado de detalles ambientales que suena a réquiem, reverbera a un adiós siempre tristísimo. Sí, es el fin.