Al habla con Parsa Jafari

“Mujer, vida, libertad… y techno” es el maravilloso lema persona y artístico de este valiente y talentoso DJ nacido en Irán que se ha labrado un puesto entre la exigente escudería de residentes de Fabrik Madrid, uno de los mejores clubs del mundo. Pasen, lean y bailen…

-Hola Parsa, ¿qué supone para un DJ nacido en Irán haber conseguido ser uno de los residentes más queridos y celebrados del club más grande de la capital de España, y uno de los mejores del mundo, como es Fabrik?

Para mí es un honor inmenso y una bendición. Significa que, a pesar de los desafíos de mi origen, he podido compartir mi pasión y conectar con la gente de una forma que jamás imaginé. Ser residente en Fabrik, un club tan grande y respetado, me impulsa a seguir aprendiendo, creciendo y, sobre todo, agradeciendo cada oportunidad para hacer lo que amo.

-En tu caso, ¿pinchar música electrónica puede ser una forma de reivindicar libertad para dicho estilo en un país que, como el tuyo natal, la prohíbe?

Sin duda, el techno es una forma de reivindicación, no solo de la música en sí, sino de la libertad de expresión en general. En Irán, donde la música electrónica está prohibida, pinchar techno es un acto de resistencia. No es solo cuestión de géneros musicales, sino de lo que representan: el techno, por su naturaleza, está ligado a la libertad, al baile, a la comunidad y a la experiencia colectiva sin restricciones.

En mi caso, he tenido la suerte de crecer en España, lo que me ha permitido desarrollarme sin límites dentro de la música electrónica. Pero nunca olvido mis raíces ni a todos los artistas que en Irán siguen creando música en la sombra, con el riesgo que eso implica. Cuando pincho, también llevo un mensaje: la música no debería tener fronteras ni censura.

“Ser residente en Fabrik me impulsa a seguir aprendiendo, creciendo y agradeciendo cada oportunidad para hacer lo que amo”.

– ¿Por qué crees que en Irán se prohíbe el techno, pero no otros estilos musicales como son el rock o el rap?

El techno está directamente relacionado con el baile y la cultura club. En Irán, el régimen considera que la música dance y los eventos masivos pueden ser una “amenaza moral”, ya que fomentan la interacción social sin control y pueden llevar a situaciones que no encajan con la ideología del gobierno. En cambio, géneros como el rock o el rap, aunque también han sido censurados en muchas ocasiones, pueden existir dentro de ciertos límites. El rap, por ejemplo, puede ser utilizado incluso como un canal para transmitir mensajes sociales y religiosos dentro del país.

Sin embargo, el techno no tiene letra ni mensajes explícitos: su poder está en la experiencia del sonido, la energía y la conexión que genera en la pista de baile. Y eso, en sí mismo, ya es visto como algo peligroso para un sistema que busca controlar todos los aspectos de la vida social. A pesar de esto, el movimiento underground en Irán sigue creciendo. Existen fiestas clandestinas, productores que crean en secreto y DJs que siguen arriesgándose. Yo mismo fui parte de esos inicios, y ver cómo la escena sigue viva, a pesar de las prohibiciones, es algo que me enorgullece profundamente.

“En Irán, el régimen considera que la música dance y los eventos masivos pueden ser una ‘amenaza moral’”.

– ¿Hasta qué punto la música electrónica puede ser una herramienta de introducción de libertades en Irán?

La música electrónica, especialmente el techno, ha sido un símbolo de resistencia en muchos lugares del mundo. En Irán, donde la represión cultural es fuerte, el techno puede servir como una vía para liberar tensiones y expresar lo que no se puede decir con palabras. La historia nos ha demostrado que la música tiene un poder transformador. En la Alemania Oriental, antes de la caída del Muro de Berlín, los sonidos electrónicos eran una forma de rebelión contra el sistema. Algo parecido está ocurriendo en Irán: la música electrónica no solo es una válvula de escape, sino también un medio de conexión con el resto del mundo. Cada vez hay más iraníes que producen y escuchan techno en la clandestinidad, y con el tiempo, esta cultura puede abrir pequeñas grietas en el sistema. No se trata solo de música, sino de la libertad de reunirse, de expresarse y de sentir.

“La música electrónica, especialmente el techno, ha sido un símbolo de resistencia en muchos lugares del mundo”.

– “Mujer, vida, libertad… y techno”… ¿puede ser tu propio lema?

¡Absolutamente! “Mujer, vida, libertad” es un lema que ha trascendido fronteras, y el techno, para mí, representa esa misma lucha por la libertad. El techno no distingue entre géneros, razas o ideologías; es una cultura inclusiva, donde cada persona es libre de ser quien quiera ser. Mi música busca transmitir esa sensación de libertad absoluta, de escape, de poder ser uno mismo sin restricciones. Siempre he sentido que el techno es más que un género musical: es un movimiento, una declaración de intenciones. Y si mi música puede hacer que alguien, aunque sea por unos minutos, se sienta realmente libre, entonces estoy cumpliendo mi propósito.

– ¿Por qué escogiste el dark-techno y el shranz para desarrollar tu carrera como DJ y productor?

El techno siempre me ha atraído por su crudeza y energía. Pero el dark techno y el schranz tienen algo especial: su intensidad, su potencia y la forma en que conectan con la parte más visceral del ser humano. Crecí escuchando música con mucha fuerza, desde el metal hasta los sonidos más industriales, y eso ha influido en mi estilo. El dark techno me permite jugar con atmósferas más profundas y emocionales, mientras que el schranz me da la posibilidad de explotar la agresividad y la velocidad en mis sets. Para mí, es una combinación perfecta porque representa dos partes de mi personalidad: la introspección y la explosión de energía en la pista de baile.

“‘Mujer, vida, libertad’ es un lema que ha trascendido fronteras, y el techno, para mí, representa esa misma lucha por la libertad”.

– ¿Qué te gusta más producir o pinchar? ¿Por qué?

Siempre he sido más de pinchar. Nada se compara con la adrenalina de estar en la cabina, sentir la energía del público, ver sus reacciones en tiempo real y crear una experiencia única en cada sesión. Cuando pincho, hay una conexión directa con la gente: puedo leer la pista, cambiar la dirección del set según la vibra del momento y generar una respuesta inmediata. Es un intercambio de energía brutal. Dicho esto, la producción es una parte esencial de mi carrera. Me permite plasmar mis ideas y desarrollar mi propio sonido. Pero si tuviera que elegir, la cabina siempre será mi lugar.

– ¿Cuáles son tus referentes españoles y foráneos dentro del techno duro?

En la escena española, destacaría a Fátima Hajji, porque compartimos un estilo similar y ha sido una inspiración en la escena hard techno. Óscar Mulero, una leyenda con una técnica impresionante y una carrera que ha marcado un antes y un después en la electrónica nacional. Y Vendex, de la nueva generación, me encanta su estética, su concepto y cómo ha llevado el schranz a otro nivel. A nivel internacional, también tengo muchas influencias, desde clásicos como Chris Liebing hasta artistas que están redefiniendo el sonido actual.

-¿Hacia dónde crees que va tu carrera y de qué manera Fabrik es importante en tu presente y futuro?

Mi objetivo es seguir creciendo y expandiendo mi sonido a nivel internacional. Fabrik ha sido clave en mi desarrollo como artista; es mi casa, mi escuela y el lugar donde he construido mi identidad como DJ. Tener la oportunidad de pinchar en un club tan importante me ha permitido compartir cabina con los mejores del mundo y aprender de cada experiencia. En el futuro seguiré apostando por llevar mi música a nuevos territorios y consolidar mi sello personal.

– ¿De qué referencia tuya publicada estás más satisfecho hasta el momento?

Tengo mucha ilusión con mi track más reciente, ‘Anger’, que ha salido a través del sello belga Rave Alert.

– ¿Qué bolos y producciones tienes entre manos y a la vista para los próximos meses?

Además de ‘Anger’, que acaba de salir, el 1 de mayo sale ‘Are you with me’ en el sello No Mercy. Entre mis bolos más destacados, el 16 de abril actuaré en la Sala Pandora (Sevilla), el 10 de mayo en Un1ted Festival (Bilbao); y en verano el que más ilusión me hace…. Aquasella Festival: mi debut en uno de los festivales más icónicos de España.

“En el futuro seguiré apostando por llevar mi música a nuevos territorios y consolidar mi sello personal”.

-Finalmente Parsa, ¿crees que en algún momento podrás cumplir tu sueño de poder pinchar, antes hombres y mujeres jóvenes, bailando felices y en libertad, en una discoteca de Teherán?

Siempre hay que tener esperanza. La música tiene el poder de cambiar sociedades, y creo que Irán, tarde o temprano, experimentará una transformación. Cuando llegue ese momento, estaré ahí, listo para hacer bailar a la gente en libertad.

Parsa Jafari

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