Tres décadas de sesiones, producciones y éxitos por todo el planeta avalan a nuestro protagonista. Es uno de los nuestros, de los más grandes, un indiscutible maestro en lo suyo. Óscar de Rivera es atemporal, ajeno a modas y modos, su personalísima forma de entender la electrónica apasiona aquí y fuera de nuestras fronteras. Con todos vosotros, un enorme artista con un corazón que late al son de groove house.
¡Hola, Óscar! Un enorme placer para Vicious Magazine tenerte de nuevo con nosotros. Parece que fue ayer cuando comenzaste en el mundo de la música y estás celebrando un merecidísimo reconocimiento a tus 30 años de intachable trayectoria. Echando la vista atrás, ¿cómo recuerdas aquellos comienzos, desde la perspectiva del tiempo, en Golden Days, Jokers, Penelope o Ku Benidorm?.
Hola chic@s, gracias a vosotros por querer acompañarme en una fecha tan importante para mí. La primera palabra que me viene a la mente, que resume perfectamente mis comienzos y que a día de hoy sigue teniendo sentido para mí, es ILUSIÓN, por querer expresar mis emociones a través de la música .
¿Cuál es tu percepción de la escena electrónica en la actualidad?.
Tras la pandemia que tanto daño nos hizo personal y profesionalmente ha sido doloroso ver como algunas salas, promotoras, etc. han tenido que echar el cierre. Por un lado, veo a empresarios que han aprovechado el parón para reformar y actualizar sus espacios y por otro lado pequeños pero no pocos e interesantes colectivos que están surgiendo ofreciendo una electrónica que antepone la calidad a la rentabilidad, y es la suma de estas acciones las que me hacen creer que hay cuerda para rato.
“Ha sido doloroso ver como algunas salas, promotoras, etc. han tenido que echar el cierre”.
¿Qué diferencias fundamentales encuentras con la escena de hace unos años?.
Hace un par de meses en un gig que tuve en Jeddah (Arabia Saudi) prohibían acceder al local con teléfono móvil, pregunté al promotor el porqué de esta cuestión y su respuesta fue sencilla: lo que pasa dentro del club aquí se queda. Esa esencia era el motor por el cual un evento hace años se hacía más interesante, o estabas o te lo perdías. Ahora tengo la sensación que pesa más en la balanza el hecho de contarle a unos cuantos seguidores de las redes sociales que he estado ahí, antes de disfrutar plenamente la experiencia.
Deep, electro, minimal, tribal, house underground o últimamente sonidos más melódicos y progresivos han formado parte de tu paleta sonora. ¿En qué punto musical se encuentra Óscar de Rivera después de estos 30 años?.
Necesito expresar mi emotividad cuando estoy trabajando en la cabina sin depender de modas sonoras. Más allá de estilos, en mi maleta solo tengo música que plasma mi estado emocional en cada una de mis sesiones.
“Necesito expresar mi emotividad cuando estoy trabajando en la cabina sin depender de modas sonoras”.
Fuiste, junto a Ismael Rivas, el impulsor de lo que se llegó a denominar como ‘Sonido People’. ¿Te gusta que te encasillen en un estilo musical concreto o, por el contrario, abogas por un eclecticismo musical?.
Como artista me gusta sentir que crezco con mi sonido y que soy capaz de contar una historia contemporánea a mis días, para ello necesito expresarme en mi sesión con diferentes estilos musicales, dentro de la electrónica, que me ayuden a expresar lo que siento en ese preciso momento. Pero es obvio que People fue la sesión que me presentó como Dj a nivel nacional y que marcó una época dorada, mucha gente estuvo implicada y tuvieron parte de culpa durante años para lograr este reconocimiento (Dj ́s, directores, rrpp, clubbers… etc). People fue una sesión que ha pasado a formar parte de la historia de la electrónica de nuestro país por varias razones, para mí la principal fue que un grupo de profesionales remamos en la misma dirección para dotarla de personalidad propia y no ser engullidos por el transatlántico con el cual compartíamos día de sesión en Madrid, Space Of Sound. Ismael llega a People siendo un DJ reconocido y admirado en aquel momento por ser el residente de Space. Después de unos años compartiendo cabina en People y algunos reconocimientos nacionales por ello, una vez damos por concluida nuestra residencia en esta mítica sesión, continuamos con nuestras carreras individualmente pero empezamos a trabajar como pareja artística ante la gran demanda por revivir el sonido People. Es innegable la personalidad tan marcada y reconocible que ambos tenemos en nuestro sonido y que fue nuestro legado en dicha sesión. La suma de todo esto caló en el público que terminó entendiendo que ese (nuestro sonido) era el sonido People.
“Es innegable la personalidad tan marcada y reconocible que ambos -con Ismael Rivas- tenemos en nuestro sonido y que fue nuestro legado en dicha sesión”.
¿Cómo recuerdas aquellos 10 años en People?.
Maravillosos y exigentes por la responsabilidad adquirida domingo tras domingo en colgar el cartel de SOLD OUT.
Muchos clubbers que vivieron contigo domingo tras domingo aquella maravillosa época, creen que cualquier tiempo pasado fue mejor. ¿Tú eres de la misma opinión, o, por el contrario, piensas que todo en la vida ha de evolucionar?.
Hay que saber pasar página. La evolución es imprescindible en la carrera de un artista que quiere dejar huella más allá de momentos célebres.
Treinta años dan para mucho en la industria de la música electrónica. Innumerables amigos, viajes, producciones propias, salas o tracks forman parte de tu memoria. Sin embargo, con todas estas vivencias, ¿crees que podemos encontrarnos en la actualidad al Óscar de Rivera más maduro y sereno?.
Sin duda, la experiencia acumulada me otorga la madurez necesaria para disfrutar de mi trabajo y dejar mi impronta en cada sesión.
“La experiencia acumulada me otorga la madurez necesaria para disfrutar de mi trabajo”.
DJ, productor, remixer, promotor, radio-DJ… hay muy pocos aspectos de la escena de club en los que no hayas participado alguna vez. Sin embargo, ¿hay alguno en el que te encuentres más cómodo, o, por el contrario, piensas que todos ellos forman parte de un conjunto?.
A lo largo de mi carrera he disfrutado y lo sigo haciendo de las distintas facetas que mi trabajo me ha ofrecido, justo en este momento de la vida me estoy involucrando como promotor creando mis propios eventos donde la música electrónica comparte espacio con otras artes y artistas, sin olvidar la que para mí es mi faceta principal, la de DJ.
El próximo sábado, 3 de septiembre, celebrarás esos 30 años en la música con una sesión en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, junto a otro amigo inseparable como Edu Sabanah. ¿Qué nos puedes comentar acerca de este evento tan especial?.
Un evento muy emotivo que empezó a tomar forma durante el confinamiento y donde quería aunar varias sensaciones en forma de celebración. La primera, mis 30 años de carrera que coinciden también con los 30 años de carrera de mi amigo Edu Sabanah. Por otro lado, dejar atrás simbólicamente la pandemia, que el evento actúe como reunión social donde a través de la música, las imágenes y la puesta escena que se ha creado miremos hacia el futuro con ilusión, carguemos las pilas para seguir levantándonos cada mañana y afrontar nuestras pequeñas “batallas”. Y por último, y no menos importante… ese día cumplo años!.
Independientemente, como hemos visto, de tu exitosa carrera artística, y centrándonos ahora en un ámbito más personal, la gente que te rodea habla maravillas de ti, destacando el enorme corazón que posees. Sabemos que es una pregunta difícil, pero, ¿cómo te definirías a tí mismo? ¿Existen muchas diferencias entre Óscar Blanco (tu nombre real) y Óscar de Rivera (tu nombre artístico)?.
Difícil de responder la verdad, voy a intentar resumirte. No hay tantas diferencias entre uno y el otro, pero obviamente alguna por pequeña que sea habrá. Si que es verdad que mí gran reto era llegar a conseguir una simbiosis plena entre ambos, cosa que no me ha sido fácil en un pasado, pero que en los últimos años (y aquí el confinamiento me ayudo mucho y bien) he logrado equilibrar la balanza y ser uno ante cualquier tipo de circunstancia ya sea personal o profesional.
“He logrado equilibrar la balanza y ser uno ante cualquier tipo de circunstancia ya sea personal o profesional”.
¿Cómo es un día normal en la vida de Óscar de Rivera?.
Pues mi día comienza dependiendo a la hora que me acueste la noche anterior, y te digo esto porque una de mis aficiones sigue siendo escuchar música por la noche, ya sea para incorporar a mis sesiones o para disfrute personal, soy incapaz de seleccionar música con la luz del día. Aun así intento despertarme lo más pronto posible y aprovechar la mañana para acometer todas aquellas funciones laborales que me depare la jornada, ya sea la creación y preparación de un evento como ARDE o FLASHBACK, diferentes reuniones para conseguir interacciones con empresas como por ejemplo mi colaboración con BMW Fuenteolid, y las tardes las dejo para poder dedicarme un rato a desconectar yendo al Gym, tomar algo después o jugar de vez en cuando un partido de fútbol.
Y cuando no estás inmerso en el mundo de la música, ¿cómo te gusta evadirte y desconectar?.
Rodeado de mi familia y aprovechando cada minuto con ellos o en cualquiera de mis amadas playas de Benidorm, Altea o El Albir.
¿Qué proyectos de futuro a corto y medio plazo nos puedes desvelar?.
Siempre hay proyectos que afrontar y la vida me ha demostrado que mejor llevarlos en silencio, pero hay uno que acaba de ver la luz y ya es público como la vuelta de Space Of Sound donde podréis verme mensualmente. Por otro lado estoy volcado en mi fiesta FLASHBACK la cual comparto con Edu Sabanah.
“Siempre hay proyectos que afrontar y la vida me ha demostrado que mejor llevarlos en silencio”.
Imaginamos que hay infinidad de ellos en todos estos años, pero cuéntanos algún recuerdo o anécdota que, por algún motivo especial, se haya quedado muy grabado en tu mente.
Son muchos a lo largo de estos 30 años, pero hay un recuerdo que está grabado a fuego en mi mente y es la primera vez en mi vida que entré en una cabina y pude poner mi primer vinilo, allá por el año 1985. Se da la circunstancia que los dueños de la discoteca eran mis padres y cansados de aguantar mis peloteras para que me dejasen entrar en la cabina y poner un vinilo, tomaron la decisión en el bautizo de mi hermana Alba de que pusiese un par de discos y así dejara de darles la tabarra, está claro que no les funcionó del todo bien su plan.
“Tengo un recuerdo que está grabado a fuego en mi mente y es la primera vez en mi vida que entré en una cabina y pude poner mi primer vinilo, allá por el año 1985”.
Por último, Óscar, nos gustaría darte las gracias por tu tiempo, y la enhorabuena por esta impecable trayectoria profesional y por esa humanidad que ha hecho que siempre seas tan amigo de tus amigos. ¿Algo más que quieras decirles a los lectores de Vicious Magazine? .
Gracias a vosotros por el interés y apoyo que siempre me ofrecéis para ser el altavoz de mis altavoces.
